Un nuevo programa de La Rebelión, el podcast feminista de Pinto Televisión

El pasado 8 de marzo, Pinto volvió a ser escenario de la lucha feminista en todas sus formas. A pesar de la lluvia, las manifestantes tomaron las calles con fuerza, creatividad y reivindicación. En el programa La Rebelión, conducido por Eva junto a Maika, Ana y Alicia, se analizó la “resaca” del Día Internacional de la Mujer con un enfoque crítico y reflexivo.

La conversación dejó en claro que, aunque el 8M es un día de celebración y reivindicación, sigue siendo necesario alzar la voz ante la discriminación, el machismo estructural y las agresiones que las mujeres enfrentan a diario. La lluvia no solo empapó la jornada, sino que también sirvió como excusa para algunos sectores que intentaron silenciar la lucha. Sin embargo, las calles hablaron, y lo hicieron alto y claro.

Arte y denuncia: la performance del 8M

Una de las expresiones más potentes de la jornada fue la performance protagonizada por las integrantes del colectivo, quienes usaron su vestimenta y pancartas para visibilizar la opresión histórica hacia las mujeres. Maika, por ejemplo, representó la carga de la religión en la subordinación femenina con simbología católica: una corona de la Virgen, una cruz y una pancarta con frases como “Dama en la calle, puta en la cama”.

Eva, por su parte, encarnó a la Justicia, vestida en un mono color carne, reflejando la frustración por la falta de apoyo institucional a las víctimas de violencia de género. La justicia que muchas veces parece ausente cuando más se necesita. “Denunciamos, pedimos ayuda, pero seguimos estando solas”, lamentó en el programa.

Una agresión simbólica en un bar de Pinto

La jornada de lucha también tuvo su cara amarga. En un bar de Pinto, el grupo fue expulsado después de que los dueños leyeran una de las pancartas feministas. “Dios os va a castigar”, les dijeron, acusándolas de “herejes” y bloqueando su entrada como si fueran porteros de discoteca.

El incidente dejó en evidencia que el machismo sigue infiltrado en muchos sectores de la sociedad, incluso en aquellos que, paradójicamente, también sufren desigualdad. “Seguramente eran obreros, seguramente no llegan a fin de mes, y aún así defienden un sistema que los oprime”, reflexionaron en el programa.

El debate trans en el feminismo

Uno de los puntos más polémicos de este 8M fue la división en las manifestaciones de Madrid: una marcha transinclusiva convocada por la Comisión 8M y otra, organizada por la Plataforma Feminista de Madrid, que defendía una postura más restrictiva respecto a la inclusión de mujeres trans en el feminismo.

Desde La Rebelión, las participantes defendieron una visión interseccional del feminismo, reconociendo que las personas trans también enfrentan discriminación de género y que su lucha debe ser compartida. “¿Quién soy yo para decirle a una mujer trans que no tiene derecho a luchar por sus derechos?”, se preguntaban.

Sin embargo, también hubo autocrítica y reflexión sobre algunos sectores del feminismo que perciben la inclusión trans como una amenaza. “Creo que se aferran a los pocos casos mediáticos de hombres que han intentado aprovecharse del sistema para desacreditar la identidad de miles de personas trans”, afirmaron.

Feminismo: una lucha que no se apaga

El 8M en Pinto fue un reflejo de lo que ocurre en muchas partes del país: mujeres que se organizan, que crean, que resisten y que, a pesar de la lluvia y la censura, siguen alzando la voz.

Porque la lucha feminista no se reduce a un día ni a una semana. Es una resistencia constante. Es la rebelión de quienes se niegan a callar.

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