Los manifestantes acusan al equipo de gobierno municipal, encabezado por el alcalde Salomón Aguado, de vejaciones, discriminación y obstáculos para el ejercicio de su derecho fundamental al culto.

PINTO/ 29 NOVIEMBRE 2024.- Pinto ha sido escenario de una multitudinaria protesta convocada por seguidores de la religión Wicca Celtíbera, una confesión que ha arraigado en la localidad en los últimos años. Los manifestantes acusan al equipo de gobierno municipal, encabezado por el alcalde Salomón Aguado, de vejaciones, discriminación y obstáculos para el ejercicio de su derecho fundamental al culto.

“Nos tratan como un espectáculo, no como una religión” Representantes de la Wicca Celtíbera denuncian que el Ayuntamiento ha comenzado a aplicarles la Ley de Espectáculos Públicos, equiparando sus ritos ancestrales a simples performances o actos teatrales, a pesar de contar con documentación legal que acredita su estatus como religión oficial.

“Nos han negado el derecho a celebrar el Año Nuevo Celta, que tiene lugar cada 31 de octubre, rompiendo así una colaboración de nueve años con el Ayuntamiento. Están ignorando no solo nuestra fe, sino también una tradición que muchos pinteños han adoptado como parte de su identidad cultural”, expresó la portavoz del colectivo religioso.

Los miembros de la comunidad acusan además al gobierno local de ocultar el origen celtíbero de sus festividades en la comunicación oficial, cambiando los nombres de sus celebraciones para diluir su significado histórico y religioso.

Una lucha que podría llegar a Estrasburgo

La comunidad wiccana ha dejado claro que no detendrán su lucha. “Nos avala la Constitución Española, que protege la libertad religiosa y los derechos fundamentales. Si es necesario, llevaremos este caso hasta la Corte Europea de Derechos Humanos en Estrasburgo”, afirmó la portavoz durante la manifestación. Los manifestantes han señalado que no solo ellos se sienten discriminados, sino también muchos vecinos de Pinto que participan en sus festividades como parte de la tradición local. “Esta no es solo una agresión contra nuestra religión, es una agresión contra Pinto y sus ciudadanos”, añadieron.

Un pueblo unido por la libertad

La concentración culminó con una emotiva intervención en la que se hizo un llamado a la unidad vecinal y a la defensa de los derechos colectivos. “¡Viva Pinto y sus pinteños!”, exclamaron entre aplausos. “Este pueblo siempre ha sido consciente de sus derechos, y hoy estamos aquí para defenderlos. No permitiremos que nos quiten lo que tanto nos ha costado conseguir”. El evento terminó con una advertencia clara al gobierno local: “Esto no es el final, sino el principio. Llevaremos nuestras demandas a los tribunales y defenderemos nuestra libertad religiosa y cultural con todos los recursos legales disponibles. No permitiremos que esta caza de brujas siga avanzando”.

La tensión entre el Ayuntamiento y la comunidad wiccana marca un nuevo capítulo en la lucha por los derechos religiosos y culturales en Pinto, un pueblo que hoy se alza en defensa de su diversidad y libertad.

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